A pesar de los relativamente buenos datos del viernes pasado en Estados Unidos: un fuerte incremento de las cifras de ventas al por menor y un no tan buen dato de inflación subyacente que subía menos de lo esperado, el dólar norteamericano fue incapaz de remontar con fuerza y al cierre terminó debilitándose contra divisas como el yen japonés, la libra o el dólar australiano y prácticamente sin cambios contra el euro.
Los inversores no están convencidos de que la Reserva Federal vaya a subir tres veces los tipos en el año 2018 tal y como indican las previsiones de los miembros de este banco central. De hecho, según los futuros de los fondos federales ( Fed Funds) la probabilidad de que así ocurra es de solo un 70%.
La subida de un cuarto de punto está ya descontada en el mercado pero la falta de presión inflacionista, que hemos podido comprobar este pasado viernes con un descenso de la inflación subyacente, la todavía viva amenaza de una escalada de beligerancia con Corea del Norte y las dudas sobre quien será el próximo presidente de la Reserva Federal -cualquiera que no sea Jane Yellen o algún miembro actual del Comité de Política Monetaria sería percibido como negativo por el mercado- suponen un freno notable para el dólar USA. Todo ello sin tener en cuenta que no se percibe un impulso robusto en la economía y por tanto deberemos estar pendientes de los datos, tanto de crecimiento, inflación como de empleo y salarios, que se publiquen en los próximos dos meses, para tener cierto grado de confianza en que al menos las alzas de tipos de interés esperadas se producirán.
En este escenario, la probabilidad de que el dólar USA se mueva a la baja en los próximos meses y por tanto continúe su tendencia última es bastante alta.
Si observamos el gráfico semanal del índice ponderado del dólar, podemos apreciar como en el mes de agosto se produjo una perforación del importante soporte que venían funcionando como tal desde finales del 2014, situado alrededor de la zona de 93.27.
Ahora tras un pull-back correctivo hacia el mencionado soporte, el movimiento revierte y todo parece indicar que continuará a la baja.
Los pares que en el corto plazo tendrán mayor posibilidad de experimentar un movimiento importante motivado por un dólar débil serán la GBP/USD, con un objetivo por encima del máximo de 1.3600 y el USD/JPY que parece haber encontrado un tope en la zona de 113.40 y se dirige hacia un objetivo de 109.40.
USD índice semanal
Miguel Ángel Rodríguez, Economista Jefe para España de TMS Europe