Comentario de Bartosz Sawicki, Director del Departamento de Análisis, TMS Brokers
El optimismo del BCE sobre la fortaleza de la recuperación y su futuro impacto en los procesos de los precios fue el mensaje principal de la sesión del jueves. El eurodólar volvió a estar por encima de 1.1550 por el optimismo de la evaluación de las condiciones y por las perspectivas de la economía de la zona euro. Las caídas de las últimas docenas de horas antes de la reunión se han eliminado. La rentabilidad de los bonos alemanes se ha mantenido estable.
El BCE ve la fuerza de la economía, que se expande también geográficamente, pero no ve que está afectando a la inflación (especialmente la subyacente). Entre quienes toman las decisiones, hay una fuerte creencia inequívoca de que la presión sobre los precios aumentará gradualmente, pero son también conscientes de que este proceso está todavía en proceso. El BCE está (exageradamente) seguro de que la imposición de la potente suavización está jugando su papel y que ahora sólo tiene que esperar a la revisión de la recuperación económica tanto de salarios como de precios. Solo será posible volver a solicitar la herramienta de suavización si eso no sucede, incluyendo una extensión de la compra de acciones (oportunamente o cuantitativamente).
Por supuesto, el BCE sigue asumiendo que las tarifas seguirán siendo extremadamente bajas después del final del programa QE. Su forma actual se mantendrá sin cambios hasta el final del año o, de ser necesario, durante más tiempo. Aunque hay una falta de bonos que podrían ser comprados por el BCE bajo el QE, y actualmente no hay ninguna indicación de que sería necesaria una compra más agresiva (estimamos que el crecimiento del GDP de Eurolandia fue del 2% año a año en el segundo trimestre), no se han retractado del anuncio de la extensión del programa. El Consejo de Administración acordó no cambiar la orientación progresista en la reunión de julio. El momento de tener una discusión exhaustiva sobre el futuro del programa de adquisiciones de activos llegará durante las reuniones de otoño del Consejo de Administración.
El último fortalecimiento del euro no ha pasado desapercibido. Sin embargo, a ojos de las autoridades monetarias, el euro es el único componente de las condiciones financieras. Lo último de lo que el BCE querría darse cuenta es de su potencial impacto negativo en la esfera real. No obstante, por el momento no existen motivos para preocuparse.
En conclusión: El Consejo de Administración se congratula de la importante recuperación económica, es optimista acerca de las perspectivas sobre el crecimiento y la inflación. En la comunicación, han reivindicado el mantenimiento del estado actual, el destino del programa QE se decidirá en otoño: Draghi lo confirmó claramente. No dio un impulso al mercado para abandonar su actitud positiva respecto del euro, sobre todo teniendo en cuenta la debilidad del dólar últimamente. Por supuesto, el destino de la tendencia apreciativa lo determinará la información de la economía, y en especial las indicaciones sobre la inflación. Es duro resistirse a la impresión de que las audaces valuaciones sobre las perspectivas de la política del BCE son una amenaza para las divisas y que crean mucha decepción. En cambio, los futuros pasos del Fed se subestiman y hacen que el dólar tenga posibles oportunidades en el horizonte. En el horizonte más amplio, ya que después de la sesión de hoy, no hay razón para abordar el euro con más pesimismo. A corto plazo, el escenario base sigue siendo la compra de activos a 1.1620, que es el pico de mayo de 2016.